Cualquiera podría decir que esta pandemia que estamos viviendo, nos ha vuelto un poco “locos” a todos. Los sociólogos y estudiosos de la ciencia tendrán mucha “tela” donde cortar para hacer estudios y análisis de esta situación que nos ha cambiado la vida y nos ha afectado en la mente y el corazón. Noticias de todo tipo pululan por las redes sociales y no importa si son verdad o mentira. El caso es “dar nota” de la manera que sea y como sea. Si hay que embarrar a personas de probada honestidad y de buenas intenciones, se hace, con tal de llamar la atención y sacar provecho de la misma.
Días pasados supimos del contagio del cardenal Rivera por Covid. Según información recibida, ni la familia ni él mismo quisieron que la noticia saltara a los medios. Pero tratándose de un personaje como él, era imposible que no se supiera. Pero todo cambió de repente cuando su ex-vocero, P. Hugo Valdemar comenzó a decir que al cardenal Norberto Rivera se le había informado que el seguro médico del cual disponía la Arquidiócesis y en el que estaba inscrito, no cubría los gastos que se pudieran originar por Covid. Hasta aquí no hay ninguna mentira. Sin embargo, el cardenal Rivera, por su investidura, nunca hubiera tenido problemas de ser atendido en un hospital de tercer nivel, o sea, de primera categoría, de los que cuenta el Estado mexicano. Pero él decidió por su propia cuenta, ser atendido en uno privado costeándose él mismo sus propios gastos.
Decir que la Arquidiócesis, al frente del cardenal Carlos Aguiar, no pagó el seguro al Sr. Norberto Rivera, es una mentira y los hechos lo demuestran. A principios de diciembre del año pasado, el cardenal Rivera fue sometido a una operación en el hospital Mocel de la Ciudad de México. El seguro médico de la Arquidiócesis pagó su operación. Otros casos de sacerdotes que han sido intervenidos por alguna dolencia, el seguro sacerdotal se ha hecho cargo de los gastos originados. Por eso, decir que el cardenal Aguiar ha abandonado a sus sacerdotes en tales circunstancias, además de ser una mentira, también ronda la calumnia.
Sucede que algunos Prelados, no sabemos si es el caso del cardenal Rivera, a veces contratan seguros privados para tener una cobertura más amplia que el seguro de una mutual sacerdotal, como es el caso de la Arquidiócesis de México, donde quedan excluidos ciertos nosocomios de los beneficios de un seguro médico de “línea dorada”. Es decir, hospitales de tercer nivel, como se les suele llamar, cuya atención es de VIP. Hospitales de esta categoría son para gente pudiente y de muchos recursos que podrán pagar su estancia sin mayor problema. Hoy, las finanzas de la Arquidiócesis de México están en números rojos y lo que se trata, según nos informan, es salvar el seguro médico y las pensiones a los sacerdotes jubilados. Desde la llegada de Carlos Aguiar Retes cambió la estructura financiera. El seguro médico de los sacerdotes, lo paga íntegramente la economía diocesana así como otros gastos que antes los cubría cada sacerdote.
Pero, ¿qué puede haber detrás de toda esta vendetta que ha estado dando vueltas en los medios con una cobertura inusitada? Los análisis pueden ser muchos y muy variados. Desde la llegada de Carlos Aguiar a la diócesis Primada de México, se comenzaron a tener muchas expectativas de cambio después de una larga duración del cardenal Rivera. Van a ser tres años de la llegada de Carlos Aguiar y mucha gente se pregunta, ¿cuáles han sido los cambios? ¿En qué se diferencia del anterior? Carlos Aguiar no necesita defensores, sus mismos hechos lo avalan. Es un hombre sencillo, sobrio, que no le gustan los reflectores y que gusta de rodearse de un equipo al cual le da facultades para operar en su nombre dentro de los objetivos trazados en el grupo. En el equipo del Cardenal no encajan los protagonismos ni los francotiradores. Una de las características de la administración anterior, era el protagonismo de algunas personas que a veces obnubilaban al mismo Jefe. Con la llegada de Carlos Aguiar, esto fue cambiando por una mayor sinodalidad, es decir, darle juego a una serie de actores en sus respectivos campos de trabajo. Como es lógico, esto no gustó a los que antes ocuparon puestos de cierta relevancia. De ahí que ayer y hoy se hayan desatado unas reacciones viscerales ensuciando toda acción pastoral y administrativa del Primado actual.
Deseamos una pronta recuperación al cardenal Norberto.
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